Porsche buscó entender mejor la variabilidad de precios en el mundo real de vehículos vendidos directamente a través de su red de concesionarios. Si bien existían precios de lista oficiales, era bien sabido que los concesionarios solían aplicar flexibilidad en los precios de venta finales durante las negociaciones. Porsche quería cuantificar este nivel de «flexibilidad de precios» en la práctica y también comparar el comportamiento de sus concesionarios con el de competidores clave en el segmento premium como Daimler, BMW y Audi. Esto permitiría a Porsche evaluar si su enfoque de precios se ajustaba a las normas del mercado o si los ajustes a umbrales estratégicos de precios eran obligatorios.
Un programa de compras misteriosas se diseñó y ejecutó:
Los resultados dieron a Porsche una visibilidad sin precedentes de:
Con esta inteligencia, Porsche pudo definir umbrales de precios estratégicos claros — garantizar que sus precios siguieran siendo competitivos, sostenibles y consistentes con el posicionamiento premium de la marca en el mercado.
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