Un futuro robótico
Humano contra robot: los robots no vienen. Ya están aquí. Y no, este no es el comienzo de una novela cursi de ciencia ficción de los años 50. Es la realidad.
Humano contra robot: los robots no vienen. Ya están aquí. Y no, este no es el comienzo de una novela cursi de ciencia ficción de los años 50. Es la realidad.
Los robots no vienen. Ya están aquí.
Este no es el comienzo de una novela de ciencia ficción de mala calidad de los años 50, es la realidad.
La inteligencia artificial (IA), el aprendizaje automático (ML), la realidad virtual (VR) y los chatbots ya están dando forma a nuestro sector. ¿Son maravillosos o preocupantes? Eso depende de la lente con la que elijas mirar.
La IA ya sustenta muchas herramientas de investigación:
Es menos un robot de ciencia ficción, más un ayudante diario.
El aprendizaje automático brilla cuando se trata de detección de patrones a escala.
Evalúa los datos desde todos los ángulos, encuentra tendencias sutiles que los humanos podrían pasar por alto y produce pronósticos más detallados y confiables. En resumen: el aprendizaje automático agiliza la toma de decisiones.
La realidad virtual nos permite capturar respuestas emocionales y funcionales en tiempo real, sin prototipos físicos. También hace que la participación de las partes interesadas sea más inmersiva: piense en los muros de datos de la noche de las elecciones, pero para obtener información.
La realidad virtual no es descabellada. Ya está cambiando la forma en que diseñamos, probamos y presentamos.
La realidad aumentada lleva las capas digitales al mundo físico, a través de pantallas, aplicaciones o proyecciones. En la investigación, es especialmente poderosa en NPD y optimización de productos, ayudando a las marcas a probar conceptos de forma virtual antes de comprometerse con la producción.
Ya estamos utilizando la tecnología de chatbots para recopilar datos de encuestas, lo que brinda respuestas consistentes pero una experiencia más fluida para los encuestados.
Las aplicaciones futuras incluyen moderación de la comunidad en línea, convirtiendo el compromiso cualitativo en «Big Qual». Si bien una verdadera moderación similar a la humana necesita una IA más profunda, vamos por buen camino.
La robótica y la inteligencia artificial no tienen que ver con reemplazar a los humanos, sino con liberando a los humanos para que piensen en grande.
La automatización gestiona las tareas repetitivas. Los profesionales de la información tienen más espacio mental para el análisis, la creatividad y la estrategia.
El cambio está aquí. El desafío no es resistirse, sino aceptarlo y aprovecharlo.
O, en palabras de cierto explorador de nuevos mundos:
«Transmíteme, perspicacia». 🚀